Relaciones sociales y discapacidad

Falsos tópicos sobre las relaciones sociales y las personas con discapacidad

Abundantes son los falsos mitos sobre los inconvenientes que tienen las personas con discapacidad en mantener relaciones sociales. La creencia habitual sobre estas personas es que son incapaces de crear vínculos, ampliar su círculo de amistades o formar una familia con personas que no posean ninguna discapacidad. 
Si bien es cierto, las personas con algún tipo de discapacidad pueden empatizar mejor con personas que también posean otra discapacidad, pero esto no tiene nada que ver con que no puedan relacionarse con otras personas, crear grandes amistades o formar una familia de la misma manera. Otra creencia muy extendida es: "las personas con discapacidad son dependientes, por lo que si mantengo relaciones muy estrechas con ellas, pueden depender totalmente de mí", esto es totalmente erróneo, ya que un gran número de personas con discapacidad son independientes y pueden realizar su vida de manera habitual. Por todo lo anterior, hay que proceder a regularizar las relaciones sociales con personas que posean algún tipo de discapacidad, ya que es una relación totalmente normal, sana y satisfactoria como lo sería con cualquier otra persona. Mantener estas relaciones con personas con discapacidad ayuda a reforzar la empatía y a aprender muchos datos desconocidos sobre ellos.
También cabe destacar que no todas las discapacidades son iguales, ya que algunas al tratarse de casos graves sí hacen a estas personas dependientes de otras e impide que mantengan relaciones sociales más allá de su familia. Todo depende del tipo y el grado de discapacidad que se posea, pero no necesariamente todas las discapacidades vuelven a las personas dependientes.
En definitiva, todavía siguen existiendo muchos prejuicios y mitos falsos en torno a las personas con discapacidad, esto genera que estas personas sientan miedo al rechazo, por lo que se cohíben y cortan estas posibles relaciones sociales, motivo por el cual hay que acabar con los falsos tópicos. No sólo hay que acabar con las barreras arquitectónicas, sino también con las barreras actitudinales.



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