La exclusión dentro de la exclusión.

¿Nuevas políticas de inclusión ?

Las personas con discapacidad están rodeadas de una serie de problemáticas que se entrelazan entre ellas como es la pobreza y la exclusión social, estas personas además son las más afectadas por

ambas problemáticas, según el informe FOESSA suponen el doble de las personas sin discapacidad. 

Las políticas de inclusión actuales subsanan su situación y posibilitan que muchos de ellos puedan tener unas condiciones de vida mejores, el objetivo de estas es lograr la inclusión plena de estas persona en la sociedad. A través de programas de inserción, ayudas económicas, posibilitando su acceso al empleo...Se ha avanzado bastante en las políticas de inclusión, al contrario que hace unos años en los que las personas con discapacidad no eran siquiera consideradas ciudadanos de derecho, en la actualidad podemos decir que en cierta manera tenemos una políticas que han permitido que estas personas pueden integrarse en la sociedad y que puedan acceder a todos los bienes  y servicios que están a disposición de todos pero a los que no habían podido acceder. 

Pero este objetivo  no se ha logrado. Estas políticas tiene un gran impedimento y es que  subsanan la situación parcialmente de manera que a largo plazo estas personas vuelven a estar en situación de pobreza y de exclusión social. No solo esto si no que en muchas ocasiones como nos informa UNICEF no existe una coordinación entre los diferentes servicios e instituciones de manera que no se da la respuesta ni los recursos adecuados para la situación de cada persona. 

Esto sumado con la falta de compromiso de las autoridades, la baja participación de las personas con discapacidad en la toma de decisiones... etc ha provocado que tengamos unas políticas ineficaces.  

Por lo tanto, se deben realizar unas nuevas políticas de inclusión que posibiliten que las personas con discapacidad  puedan acceder a una vivienda digna, que tengan unos recursos económicos aún mayores que puede ser a través de ayuda o posibilitándoles el acceso a un empleo. Unas políticas que eliminen ese techo de cristal que les impide realizarse, ser autónomos e integrarse en la sociedad, es decir, que cubran todas sus necesidades básicas (integración e inclusión,  autonomía personal y social, integridad y supervivencia e identidad personal y social) a largo plazo. 

Y sobre todo unas políticas coordinadas en las que estas personas sean partícipes ya que ellos más que cualquier otra persona saben lo que necesitan para lograr su bienestar.