Maltrato psicológico a discapacitados.
El maltrato psicológico es un tipo de maltrato muy difícil de denunciar puesto que no deja huellas físicas. Es aún más difícil de denunciar por parte de las personas que sufren una discapacidad ya que el grado de credibilidad de alguien a quien la sociedad considera "inferior" es muy bajo. Otras muchas veces se da el conocido Síndrome de Estocolmo. Al igual que las víctimas de secuestro, los discapacitados bajo malos tratos adquieren cierto afecto a las personas que les hacen daño psicológico creyendo que lo hacen por su bien.
Gran parte de estos casos de maltrato se producen en familias donde al miembro discapacitado se le da un trato totalmente inadecuado y que a la hora de hacerles reflexionar sobre eso se remiten a que son cosas de familia que pasan "de puertas para adentro".
Los discapacitados acaban perdiendo su autoestima y hasta comprenden que les insulten pues entienden que "no valen para nada". El perfil del cuidador también influye pues visualiza al discapacitado como un ser inferior, actuando de forma dañina hacia esa persona sin saber muchas veces el daño que causa.
La probabilidad de denuncia por parte de la víctima es muy baja. Esto se debe al gran sentimiento de culpa que les crean los cuidadores. Les hacen creer que los únicos culpables de su discapacidad son ellos. A la hora de querer denunciar se plantean preguntas como "¿Cómo voy a denunciar a la persona que me cuida?", disminuyendo aún más la probabilidad de denunciar y acabar con esos malos tratos psicológicos.
Gran parte de estos casos de maltrato se producen en familias donde al miembro discapacitado se le da un trato totalmente inadecuado y que a la hora de hacerles reflexionar sobre eso se remiten a que son cosas de familia que pasan "de puertas para adentro".
Los discapacitados acaban perdiendo su autoestima y hasta comprenden que les insulten pues entienden que "no valen para nada". El perfil del cuidador también influye pues visualiza al discapacitado como un ser inferior, actuando de forma dañina hacia esa persona sin saber muchas veces el daño que causa.
La probabilidad de denuncia por parte de la víctima es muy baja. Esto se debe al gran sentimiento de culpa que les crean los cuidadores. Les hacen creer que los únicos culpables de su discapacidad son ellos. A la hora de querer denunciar se plantean preguntas como "¿Cómo voy a denunciar a la persona que me cuida?", disminuyendo aún más la probabilidad de denunciar y acabar con esos malos tratos psicológicos.
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